En la mañana del sábado después de finalizar mi clase en la universidad, una alumna, Roxana, preocupada me esperaba a la puerta con semblante decaido y sonrisa juvenil forzada. Traía entre sus manos un formulario para llenar la carta de recomendación a una universidad del extranjero. Hace casi 3 años que terminó su maestría en el Perú, y aún no ha encontrado trabajo. Su entusiasmo cuando estudiante de posgrado, se ha transformado en permanente preocupación de desempleada. Se siente peor que el ambulante de la esquina, que sabe ganarse la vida haciendo sándwiches. Ella con todo su conocimiento no es capaz de ganarse siquiera el salario mínimo vital. Ella pasa sus días tratando de conseguir una jefatura de prácticas, enseñar en academias, ayudar en algún colegio. Sufre el peso de no obtener empleo por parte del estado.
Personas como Roxana hay muchas, han estudiado 5 o 6 años en pregrado, luego 2 o 3 años en postgrado, pero al final sus espectavidas de empleo, son frustrantes. Ellas siempre pensaron que el empleo surgiría por su propio peso, siempre creyeron que podrían ser empleados en los laboratorios donde hicieron la investigación o en sus universidades, creían que serían los futuros investigadores – profesores, pagados por el estado.
El gran empleador el estado es el paradigma de nuestra educación universitaria y de posgrado. Los hombres de ciencias e ingeniería, somos entrenados para el mucho saber y poco hacer. Sacarse la mayores notas en los promedios anuales es el reto. Nos esforzamos para resolver los más difíciles problemas de cada capítulo de los libros, o manejar con certitud los equipos del laboratorio y preparar con brillantes los informes. Los funcionarios de las instituciones culminan sus labores a las 4 pm, mientras que los estudiantes de posgrado nos quedamos hasta las 9 o 10 pm, los sábados o domingos solo descansamos medio día, el dominio de los temas es nuestro reto, ilusión y satisfacción.
Así pasamos años entre laboratorios, exposiciones, conferencias y artículos. El paradigma del saber, del llenar nuestra mente de estructuras, fórmulas, equipos y publicaciones es nuestra inspiración. El resultado final, un desempleado mas. Ayer nos faltó tiempo para aprender algo de empresas, hoy nos falta dinero para ser independientes. Algunos tuvieron suerte y trabajan sin figurar en planilla, por solo 1200 soles mensuales y como unos se hicieron de familia tienen que permanecer en ese pseudo-empleo, tragándose la bronca de discriminación salarial y laboral.
El paradigma del estado empleador y del sueldo fijo y seguro, son los formatos de nuestra enseñanza universitaria y de posgrado. Nunca nos enseñan a ser promotores de nuestro propio empleo. Nuestros profesores son ejemplos del Estado Empleador. Nunca tenemos contacto con las empresas, ni sus éxitos ni sus problemas. El Perú y sus riquezas nunca pasan por nuestras aulas. Así somos entrenados en técnicas de gran potencial científico y técnico, pero nos acostumbran a buscar soluciones de problemas extranjeros, a ser parte de los equipos de universidades americanas o europeas, y aspiramos a ser coautores de publicaciones en revistas internacionales, no importando que sean aplicables en el Perú.
Por ello una de las principales causas por lo que posgraduados en Ciencias e Ingeniería están desempleados pasa por la formación que reciben. Es indispensable que desde pregrado y con énfasis en posgrado se difundan cursos de emprendimiento. Conocer cómo formar sus empresas. Hacer realidad sus ideas. Robustecerlas empresarialmente. Conocer los problemas de las empresas y trabajar muy cerca de ellas. Conocer con prontitud los mapas de riqueza regionales. Aprender de los empresarios exitosos, que con pocos recursos económicos y pocos saberes en la mente, crearon empleo y se hicieron ricos. El joven científico e ingeniero tiene que cambiar el paradigma del solo saber por el de también hacer y ser promotor de su propio empleo, incorporando el conocimiento a la solución de los problemas nacionales.
Para combatir otras causas del desempleo científico-tecnológico se requieren de políticas de estado de fomento de investigación e innovación en las empresas, facilitar el financiamiento a las ideas innovativas, incentivar a las empresas a captar hombres de ciencia en la solución de sus problemas, establecer incubadoras de empresas de base tecnológica entre otros.
Comencemos incorporando en la currícula de pregrado y posgrado materias de emprendedurismo, descripción de problemas empresariales sectorializados, información de los mapas de riqueza regionales, priorización de cadenas productivas urbanas y rurales, que orienten y alineen el desarrollo de toda la colectividad local y regional única manera de darle sentido a la educación, a la investigación y a la innovación tecnológica incrementando la productividad y el empleo, basada en la competitividad donde el conocimiento es decisivo para agregar valor y darle sostenibilidad al crecimiento económico.
Presentado en el programa de radio: http://www.radioantarkiperu.com/ del martes 28 de octubre de 2009, de 8:10 pm a 9:00 pm.
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