jueves, 29 de octubre de 2009

El Desarrollo del País y la Maldición de la Abundancia

Todos hemos oído la sabia frase de Antonio Raymondi “ El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, esta sentencia la entendemos como, que el Perú dispone de recursos naturales en abundancia, sin embargo somos pobres. Ayer leía el libro titulado “¿Somos pobres porque somos ricos?”[1] , el cual también hacía alusión a que en el Perú tenemos grandes cantidades de recursos naturales, a diferencia de los países, como Japón o Israel, que a pesar de sus escasos recursos naturales son países denominados ricos y tienen un ritmo de crecimiento mayor que los países de economías extractivas primarias. A esta contradicción algunos autores la denominan “la maldición de la abundancia”. Las preguntas que esta situación nos plantea son ¿Qué estamos haciendo mal, reiterativamente, para que esto ocurra?, ¿Es posible compatibilizar la abundancia de recursos naturales con un desarrollo sostenible?, ¿Qué propuestas frente a esta histórica situación nos plantean los movimientos políticos en esta pugna electoral?, ¿Cuál es nuestro papel como ciudadanos de aquellas localidades donde las riquezas naturales son extraídas?. ¿Es que la abundancia es mala?.

En el Perú, hemos pasado por momentos de bonanza basados en la explotación de nuestros recursos naturales, recordemos el guano, el salitre, el caucho, la anchoveta, y ahora los minerales. La economía basada en la explotación de materias primas, con descuido de la industrialización del país y del uso de la ciencia, son factores que han provocado que luego de estos ciclos de vacas gordas, volvamos a niveles de pobreza inclusive peores que los años previos a ellas. Durante los ciclos de bonanza, parte de los ingresos no se orientaron a construir los fundamentos para la productividad y competitividad.

Hoy, nos damos cuenta que ese fortalecimiento tiene que comenzar con inversiones públicas, orientadas a la construcción de infraestructura de redes viales, redes de educación, redes de información, redes de salud, ... que es la base real para incrementar la productividad de las localidades y regiones de manera sostenible, este crecimiento debe apuntar a la ampliación y diversificación del mercado, la cual atraerá la inversión privada, con ella produciremos productos con capacidades de competir con éxito en el mercado externo, este ciclo virtuoso del desarrollo se sustenta en la mayor productividad y competitividad y no en la disminución del salario del trabajador.

Contribuir a este reto es la tarea que debemos asumir en todos los niveles, tanto en los organismos del estado como en las organizaciones privadas y la sociedad civil. Desde nuestra óptica de ciencia e ingeniería, como es esta ventana, las propuestas que se realicen deben sustentarse en las ideas centrales siguientes:

i. Reconocer que el conocimiento agrega valor.
ii. Aproximar el saber al hacer.
iii. Utilizar el saber local y el saber universal.
iv. Incorporar la visión andina al desarrollo.

En lo primero no podemos desconocer que la principal diferencia de los países desarrollados es que usan el conocimiento para mejorar su productividad, en nuestro país, necesitamos formar gente especializada, adquirir equipos, implementar instituciones que provean el conocimiento necesario para que incorpore valor a los procesos priorizados estratégicamente en las localidades y regiones especificas. Es decir aquellas que sean coherentes con sus mapas de riquezas. Estos conocimientos se orientarían a mejorar los nutrientes, ahorrar el agua, cuidar el medio ambiente, mejorar su calidad genética, defender la propiedad intelectual, combatir plagas, incrementar su productividad etc.

Con lo segundo se propone reorientar la educación hacia el hacer. Correlacionar el saber con el hacer, implica, enseñar lo pertinente a la localidad ( a sus necesidades y mapa de riqueza local y regional), para ello tenemos que fomentar el emprendedurismo, con el fin de poder implementar unidades productivas en su localidad, que les permita generar riqueza, ampliar y diversificar el mercado y los saque de la extrema pobreza. Si la educación (primaria, secundaria y universidad) se aproxima al hacer, surgirán ideas creativas de solución con gran impacto a la productividad, la cual contribuirá a evitar las migraciones y el centralismo. Para mirar con realismo esta propuesta basta con observar la experiencia de muchos de nuestros amigos, venidos desde el interior del país, que en base a su trabajo supieron salir adelante. Tenemos que modificar nuestra cultura formativa academicista y hacerla mas pragmática y utilitaria.

Cuando nos referimos a utilizar el saber local y el saber universal, queremos decir con total convencimiento que el conocimiento que se dispone en la localidad tiene tanta valía como el saber obtenido en la mejor universidad de Inglaterra o Alemania. No podemos despreciar ningún conocimiento, nuestra sabiduría milenaria en muchos casos supera a lo mas avanzado del saber occidental moderno. Todo lo que el hombre crea pertenece a toda la humanidad. La habilidad está en poder encontrar los atajos de desarrollo utilizando lo mejor del conocimiento.

En cuarto lugar cuando nos referimos a la visión andina de desarrollo queremos reconocer que la geografía del Perú es de corte vertical, muy distinta a las que presenta Europa o Norte América, que son planas, por ello los planes de desarrollo deben reconocer nuestro carácter andino, pues la productividad de los valles de la costa dependerá del cuidado que tengamos de las partes altas en general de las cuencas. Los incas supieron valorar esta geografía y tuvieron excedentes que les valió administrar de manera exitosa el gran imperio incaico.

Si hacemos un balance final de lo que está ocurriendo en el Perú, en particular en nuestra Región (Ancash) o en nuestra Localidad (Bolognesi), percibimos que se está dejando pasar, nuevamente, la oportunidad de los ciclos de bonanza. A manera de ejemplo tratemos de responder a las preguntas siguientes: ¿Con la presencia de Antamina que efectos, en las cadenas productivas de la región, se han tenido?, ¿Qué industria se ha consolidado?, ¿Cuántos especialistas se han formado?, ¿Cuánto ha crecido nuestros mercados, a dónde exportamos?. ¿Se han implementado redes de educación, de información o de salud?. Si el balance es negativo, pues concluimos que nuevamente el Estado, y las instituciones responsables no están mirando futuro, estamos repitiendo la maldición de la abundancia.

El primer paso para combatir y evitar esta maldición, es colaborar con nuestro pueblo y autoridades de turno en la preparación de proyectos de desarrollo con visión de futuro, utilizando diversos caminos. De entre las muchas organizaciones, que se pueden implementar, están las instituciones de residentes en la capital de la republica o en el extranjero, establecer redes (naturales y virtuales) para convertirse en canales de intercambio de problemas y soluciones, fortalecer aproximaciones con los altos niveles de gobierno o ser los medios que acopien cooperación internacional. La palabra clave es organizarse no importa el tamaño de la misma. Nos debe bastar el objetivo de encontrar soluciones, con este llamado van a sucumbir las denominaciones de izquierda o derecha o rojos o verdes, y fortaleceremos la integración en base a grandes ideas. Frente a los graves problemas que nos aquejan no hay tiempo para divagar en protagonismos excluyentes.

Hasta la próxima.


Agustin Zúñiga

[1] Jurgen Schudt, ¿Somos pobres porque somos ricos?,Fondo del Congreso del Peru, 2005.

Expuesto en el Programa de radio: VENTANA A LA CIENCIA: http://www.radioantarkiperu.com, del martes 28 de octubre de 2009 a las 8:10 pm a 9:00 pm.







No hay comentarios:

Publicar un comentario