domingo, 15 de noviembre de 2009

Los Campeones en Ciencia: Aprendiendo de la Sub-17 de Futbol

Recordemos los orgulloso que nos sentíamos cuando veíamos a los jóvenes de la sub-17, ser homenajeados en diversos lugares, el Congreso de la república, el palacio de gobierno, canales de TV y diarios. Ellos alcanzaron por primera vez un meritorio puesto de clasificación al mundial de fútbol.

La mayoría de los jóvenes integrantes de la selección provenían de barrios pobres como Lurin, Condevilla, Barrios Altos, Callao, Puente Piedra, Trujillo, Nuevo Chimbote, Ica y de hogares humildes, bien dirigidos por un exjugador de la selección nacional J.J.Oré.

En sus casas sus padres nos mostraron una característica similar, las fotos que cuando niños se iniciaron en los clubes de fútbol de su barrio y luego su evolución, su crecimiento, y la diversidad de premios, trofeos y medallas obtenidas en su corta carrera de futbolistas.

Para alcanzar el éxito, de hoy, ellos tuvieron que hacer mucho sacrificio, conjuntamente sus padres, inclusive las madres los acompañaban a sus entrenamientos, llevándoles frutas, refrescos y algarabía desde las tribunas.

Los que gustamos del fútbol recordamos el famoso campeonato de niños la Copa de la Amistad organizado por el Club de Fútbol Cantolado.

Formar a niños a jugar bien el fútbol, está asociado al entrenamiento, al sacrificio, a la dedicación de los padres, pero también a la existencia de Clubes de Fútbol, y campeonatos (competencia) especializados para niños. Y por su puesto a la dirección en manos de un profesional del fútbol. Los resultados serían, simplemente, inevitables y plausibles. El triunfo.

Similarmente, nos gustaría tener campeones en ciencias, clasificados para los mundiales que se realizan anualmente en diversos lugares del mundo, inclusive existen las Olimpiadas de Ciencias, pero muy pocos estamos informados de ello, es muy difícil, por no decir imposible, que estos eventos sean anunciados en grandes titulares en la prensa, televisiva, radial o escrita. Nuestro programa den radio Anatarki es una gota de agua en el desierto.

Aprendamos del método mostrado en el fútbol, formemos Clubes de Ciencia barriales, distritales, provinciales y salgamos a competir nacional e internacionalmente, talvez en un corto plazo tengamos una Sub-17 Campeona en Ciencias.

Si los padres no disponen de lugares para enseñar a sus hijos a practicar ciencias, exijamos que las instituciones publicas o privadas la implementen, con locales, equipamiento y sobre todo contratando a los entrenadores, formados, especialistas reconocidos, busquemos a los J.J de ciencias.

Aquí también los resultados serían inevitables, triunfos en campeonatos de ciencia, grandes científicos. Con ello, nuestro distrito, nuestra provincia y nuestro país estarían asegurando un mejor futuro en la sociedad del conocimiento.

En el caso del interior del país por ejemplo en la provincia de Bolognesi (Chiquián), esta labor tiene que comandarla el Consejo Provincial en alianza con los padres de familia, los maestros y profesores, para eso hay dinero (Canon), utilicémoslo en esta actividad que siendo original y novedosa en el Perú, contribuirá al desarrollo de nuestros pueblos.

Precisamente, ésta fue la idea que tuvimos al presentar el Proyecto Centro Provincial de Experimentación Ciencia Tecnología e Innovación, a UNESCO 2006-2007, y que resultó ganadora (uno de los 4 sobre 79 presentados a nivel nacional) con la colaboración de la Asociación Chiquián y el gobierno municipal de la provincia. Hoy dicho centro está en el Centro Educativo Guillermo Bracale.

Para finalizar quiero rendir homenaje al brasileño, Paulo Freire, uno de los mayores pedagogos del mundo que murió hace 10 años el 2 de mayo de 1997 con la siguiente cita, que nos llama a no perder la ESPERANZA.
“Las dificultades mas duras, la carencia y precisión del pueblo, las idas y venidas del proceso que depende de muchos factores para solidificarse, nada de eso disminuyó en nosotros, en Nita y en mí, la esperanza con que llegamos a El Salvador, con que vivimos una semana en El Salvador, con que dejamos El Salvador. La misma esperanza con que término esta Pedagogía de la Esperanza”. (P. Freire, Setiembre 1992).

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