Cuando expuse sobre JOCE (Joven Científico Emprendedor), trataba de reforzar en el joven universitario la capacidad de montar su propio empleo y enfrentar desde su etapa universitaria ese reto. Así indirectamente contribuiríamos a la aparición de empresarios innovadores de alto valor agregado en conocimientos científicos y tecnológicos.
Por eso es necesario participar en eventos relacionados con el emprendimiento y la innovación en los diversos ámbitos de su interés, tales como energía, agua, tintes, educación, medio ambiente, materiales, electrónica, telecomunicaciones, etc.
Si miramos la calidad de vida de los países más desarrollados, no podemos desconocer que ellas están relacionadas con su capacidad de innovación, tanto en servicios como en productos. Pero esta innovación fundamentalmente radica en la capacidad de emprendimiento más que en la cantidad de conocimiento.
Es decir quienes no tienen ese bichito de emprender difícilmente innovarán o difícilmente utilizarán su conocimiento. Por ello los científicos cuando nos formamos no debemos menospreciar la capacidad empresarial. No solo para bien nuestro sino también para bien de la sociedad. Esto es lo que denominamos la cultura científica emprendedora o la cultura universitaria emprendedora. Que debería constituirse en una estrategia conjunta con el gobierno (local, regional, nacional) y las empresas (micros, pequeñas, medianas y grandes).La institución iniciadora de este encuentro si no viene del estado deberá provenir desde la universidad o desde una organización privada sin fines de lucro.
Se pueden entender la innovación de dos maneras según sea para procesos o para productos. La primera se debería entender como la capacidad de producir la misma cosa, pero de una manera más eficiente y principalmente más barata. Mediante estas innovaciones la organización y el país, se hacen más competitivos, por ejemplo en los productos tradicionales. Mientas que innovación de productos, significa la producción e una cosa que no fue antes hecha, pero lo que nos interesa es la producción de estas nuevas cosas mediante las nuevas tecnologías. Esto permitiría a la empresa ingresar al mercado con mayor fuerza.Así la innovación nacional pasa por preparar emprendedores de base tecnológica.
Pero los emprendedores tecnológicos no surgirán rápidamente en base a solo el esfuerzo universitario. Sino que necesita también del cambio de cultura de los empresarios en el Perú, reticentes siempre al cambio y a la incorporación de jóvenes científicos. Ellos mantienen la tesis que, si la cosa camina para qué cambiarla!. Prefieren esperar hasta cuando sea totalmente necesaria.
En nuestra visita al barrio de Infantas en el Cono Norte, los emprendedores innovadores, lograron descubrir cómo hacer un buen proceso o un buen producto, sin todavía haber concluido su carrera. ¿Cómo lo hicieron?.
Estas son cartillas que deberíamos aprenderlas y difundirlas en nuestra universidad. Esta fórmula consiste en estimular desde el inicio la innovación de procesos y productos, desarrollar sus ideas originales en incubadoras. Ellos siendo jóvenes han creado microempresas generadoras de innovación, mediante la inserción en algún eslabón de la cadena productiva local.
Por eso es una cuestión de vida o muerte, el emprendedorismo innovativo desde la universidad. Hoy los tiempos actuales nos dicen que las empresas si no innovan no tendrán éxito o pereserán. Ese es el dilema.
Lima, 01 de julio de 2009